Después de la tranquilidad proporcionada por las aguas termales y el contacto con la naturaleza, ponemos rumbo de nuevo al ayuntamiento de Boborás, en concreto a la aldea de origen medieval de Pazos de Arenteiro. Nuestro primer descubrimiento será el hermoso Ponte da Cruz (Puenta de la Cruz) sobre el río Avia que, invadido por la naturaleza, muestra las heridas de la lucha entre los vecinos y las tropas napoleónicas. Pazos de Arenteiro sorprende por la riqueza de sus casas y pazos. De hecho, su nombre hace referencia al abundante número de estas construcciones levantadas a las orillas del río Arenteiro, fruto de la herencia de su importancia en siglos pasados. Deambulad por las calles de este pueblo saboreando cada rincón de historia, los monumentos que esconde este Conjunto Histórico Artístico saldrán a vuestro encuentro. No os perdáis la Casa de Arriba, el Pazo de los Feixóo, el de Tizón, el de Currelo o la iglesia de San Salvador, que acoge los sepulcros de las personas que quisieron ser enterradas aquí, un derecho obtenido mediante el pago en vino.