A lo largo de este recorrido por tierras orensanas, descubriremos una gran parte de su patrimonio más desconocido.

Supervivientes pétreos del paso del tiempo, presentan un desigual estado de conservación pero todos mantienen intacto su valor como testigos artísticos y etnográficos.

Cuando estéis en Santa Comba de Bande, fijaos en los encantos que alberga el lugar: fuera de los muros del templo, se pueden ver los restos de una capilla anexa donde se practicaban bautismos para que los que allí acudían pudieran entrar en la iglesia como cristianos; de hecho, aún se conserva a pila bautismal.
    Descripción de Vilanova según Curros Enríquez

Otros datos de interés...
- Museo de Arte Sacro de Santa Clara: Permanece cerrado del 15 de enero al 15 de febrero. Más info sobre horarios y entradas en www.allariz.com.
- Centro Arqueolóxico Aquae Querquennane: 988 040 127. Más info sobre horarios y entradas en querquennis.com/.

Día 1º

Comenzamos nuestra visita en una villa de marca, ya que en ella podemos ver la mayor concentración de hórreos de toda España. Hasta 35 cabaceiras (hórreos) se llegan a contar en el conjunto de hórreos de la Merca. Alineadas en una pendiente para su perfecta aireación, son el mejor testigo de un pasado rural muy vivo. Caminando por el Campo de la Feria, sentiréis como el zumbar del viento atraviesa los huecos de las paredes de madera ocre.

En A Merca, todos los hórreos son de este material con la excepción de dos que son mixtos. Si queréis saber cuál es la antigüedad de cada ejemplar, la clave es comprobar qué tipo de clavos tiene su puerta. Si son de herrero, estaréis ante los más antiguos.

Tras esta parada etnográfica, continuamos nuestro recorrido hasta tierras de Celanova, tantas veces cantadas por conocidos autores de nuestras letras como Curros, Celso Emilio o Méndez Ferrín. Comenzaremos por el pueblo medieval de Vilanova dos Infantes. Caminando de vagar por sus calles, encontraremos alguna de las antiguas casas señoriales que rodean la torre del castillo, destruido por los Irmandiños a mediados del siglo XV y reconstruido más tarde. También podemos encontrar los restos de un convento junto a la actual iglesia parroquial, de estilo románico. En este templo se conserva un Cristo de madera del siglo XII, de tamaño natural y de matices bizantinos. Fijaos especialmente en su cruz, pues parecen las ramas de un árbol.

Ya en el centro del pueblo de Celanova, en plena Plaza Mayor y en las cercanías del Monasterio de Celanova , acercaos a conocer la capilla mozárabe de San Miguel. Constituye un ejemplo único en la Península Ibérica y resulta esencial para entender los tiempos de la repoblación cristiana. Seguro, lo que primero llamará vuestra atención serán sus dimensiones, apenas 22 metros cuadrados, pero también es singular por su estructura. Animaos a entrar para ver de cerca su arco de herradura con alfiz.

A pocos kilómetros del centro histórico de Celanova, os aguarda el Castro de Castromao en una elevación que domina el río Arnoia. Deteneos en la cumbre rocosa y otead el amplio horizonte que se abre ante vosotros. Imaginad por un momento los habitantes de estas tierras, viviendo su día a día en estas viviendas. Recorred su muralla de 500 metros de perímetro y observad el terraplén revestido de mampostería. Su situación, en plena Vía Romana XVIII, justifica la gran cantidad de restos encontrados cómo monedas, cerámica o miliarios que hoy podéis encontrar en el Museo Provincial.

Continuando hacia el sur, y siguiendo las huellas del pasado, acudimos hasta Bande para conocer el templo visigótico de Santa Comba. Este santuario, que data de la segunda mitad del siglo VII, cuenta con planta de cruz griega y perímetro rectangular del que sobresalen la capilla mayor y el pórtico. Cuando estéis allí, fijaos en los encantos que alberga el lugar: fuera de los muros del templo se pueden ver los restos de una capilla anexa donde se practicaban bautismos, para que los que allí acudían pudieran entrar en la iglesia como cristianos; de hecho, aún se conserva a pila bautismal. Otra de las cosas que os llamará la atención es la fuente denominada o “pociño dos enamorados“ (el pozo de los enamorados), junto a los muros del atrio. Probad a beber de sus aguas y quizás alguien caiga rendido a vuestros encantos.

Vamos ahora hasta el vecino ayuntamiento de Lobios para visitar la iglesia de San Salvador de Manín, conocida popularmente como la iglesia de Aceredo. Este lugar sagrado cuenta con una rica historia llena de anécdotas. La más llamativa es sin duda su cambio de lugar, piedra a piedra, en dos ocasiones. Originariamente el templo fue construido en Manín y posteriormente trasladado, en el siglo XVIII, a los terrenos hoy anegados por el embalse de Lindoso. Su valor arquitectónico, como uno de los mejores exponentes de la arquitectura barroca de la comarca, la salvó de nuevo en el siglo XX para levantarse hoy en su actual enclave.

Retrocediendo aún más en el tiempo de nuestros hallazgos, visitamos en el ayuntamiento de Muíños los dólmenes de Maus de Salas. Este es uno de los yacimientos megalíticos más importantes de Galicia. Cerca de esta localización, encontraréis también el agreste Parque del Xurés, de indudable valor natural y paisajístico.

En el yacimiento de Maus de Salas, podréis descubrir varios enterramientos megalíticos de las diferentes etapas constructivas. Uno de ellos, la Casiña da Moura, no se conserva en su lugar original debido a la inundación producida por la construcción del embalse. Para llegar hasta este dolmen de corredor, debemos recorrer varios kilómetros y atravesar un estrecho puente en la parte superior de la presa. Cruzando el embalse de Salas encontramos la Casola do Foxo, que se corresponde al período inicial del megalítico. En origen, el acceso estaba situado hacia el sudeste como en casi todos los dólmenes gallegos. De todas formas, su entrada no es la original, dado que los pastores la taparon para protegerse del viento.

Para ponerle fin a esta jornada, nada mejor que dar una pequeña caminata por el entorno del embalse: con la caída del sol las aguas se tornan de un color cálido y resultan ser un buen remedio para desconectar la mente.

Día 2º

De vuelta a la Roma imperial, en esta segunda jornada pasaremos revista al campamento militar romano Aquis Querquennis, en el ayuntamiento de Bande. Construido bajo el reinado de Vespasiano, fue abandonado en el año 120 d. C., aproximadamente. La teoría más probable sobre su construcción es la que sostiene que lo hizo cómo puesto de vigilancia de la Vía XVIII o Vía Nova entre Bracara y Asturica, las actuales Braga en Portugal y Astorga en León.

Prueba de ello es que este enclave cumplía muchos de los requisitos exigidos: era un lugar de fácil acceso y existían pastos, gran cantidad de leña y las apreciadas aguas termales. Antes de llegar hasta aquí, podemos hacer una parada en el Centro de Interpretación Aquea Querquennae, donde conseguiréis dar respuesta la muchas de vuestras dudas.

Continuando con nuestro camino, encontramos los Baños de Bande. En estas termas fueron encontradas dos aras, en una de ellas se puede leer “Boelio Rufo cumplió este voto a las ninfas, intercediendo por su propia salud”. Recordad llevar el traje de baño porque tan pronto sintáis el vapor del agua humeante saliendo a modo de invitación de las cuatro bañeras, os va a resultar muy difícil resistiros.

Con el cuerpo relajado tras el baño en las calientes aguas termales, nos desplazamos hasta Xinzo de Limia, para visitar el antiguo convento do Bo Xesús de Trandeiras. Este antiguo cenobio data del siglo XVI y es de estilo gótico portugués, con elementos renacentistas. No perdáis la oportunidad de recorrer su armonioso claustro: recorrer sus teatrales ruinas os dará la impresión de estar viajando a tiempos mejores en los que el lugar estaba vivo. En cuanto a su construcción, varias son las leyendas que teorizan sobre su origen. Una de ellas narra cómo fueron un grupo de caballeros portugueses los que, ante la aparición de una imagen del Niño Jesús, decidieron construir una capilla que atrajo gran devoción. Esta fe motivó la fundación del convento por parte de los franciscanos.

Siguiendo hacia el norte encontramos un pueblo de cuento, Allariz. Situado al lado del río Arnoia, es uno de los conjuntos históricos mejor conservados de Galicia en el que predomina la piedra, la madera y por supuesto, la naturaleza. Recorred sus calles mirando bien atentos este auténtico museo al aire libre. Casi sin daros de cuenta, llegaréis hasta el convento de Santa Clara, el cual no debéis dejar de visitar. Fundado por doña Violante, esposa del rey Alfonso X el Sabio, allí encontraréis una imagen de marfil de la Virgen Abrideira, de finales del siglo XIII. Se trata de una imagen sedente de la Virgen sujetando el Niño que, al abrirse, parece un retablo destinado a narrar la vida de María, con escenas del Nacimiento, de la Ascensión, de la Coronación, de la Anunciación y de la Epifanía.

Es Allariz un lugar ideal para almorzar en alguno de sus restaurantes a un lado del río mientras contempláis la belleza del paisaje. Ah, no olvidéis probar sus almendrados, sin duda ninguna, un delicioso recuerdo de este viaje.

Rematando la jornada, nos desplazamos hasta el ayuntamiento de Maceda para conocer uno de los edificios civiles más relevantes de la Edad Media en Galicia, el castillo de Maceda. La fortaleza cumplía una función de vigilancia y de defensa, primero, contra las incursiones musulmanas y, más tarde, contra las lusitanas. Por lo visto cuenta con los muros más gruesos de cualquier fortaleza europea. Como dato curioso, constatamos que a la edad de 11 años vivió entre estas paredes Alfonso X apodado El Sabio, autor de las conocidas Cantigas de Santa María.

Si después de todo lo visto y experimentado, aún conservamos un hueco en nuestra retentiva, haremos un último desplazamiento hasta Xunqueira de Ambía para visitar su Colexiata.

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