Las comarcas pontevedresas Deza y Tabeirós se caracterizan por la gran cantidad de tesoros de piedra de incalculable valor etnográfico y cultural que acogen.

A través de este itinerario, descubriremos grandes monumentos arquitectónicos que esperan a que nuestros intrépidos pasos y nuestra hábil mirada descubran todos los misterios que esconden.

Los pendellos son el único recinto ferial de origen medieval de Galicia, levantados en el siglo XVIII eran los mercados alrededor de los cuales giraba la economía de la zona.
Guiaos por el murmullo del agua, que consigue colarse entre los abundantes fresnos y abedules, y que os ha conducir hasta una caída de agua de las más altas de Galicia.

Otros datos de interés...
- Convento de Carboeiro: Máis info en www.mosteirodecarboeiro.com

Recorrido

En estas tierras del interior de Galicia, el agua es un elemento esencial. En este recorrido comenzaremos nuestra visita en el pueblo de Agolada, una tierra llena de puentes, vestigio de la presencia romana que aún nos permiten atravesar los ríos Arnego y Ulla.

A pocos metros de la plaza del ayuntamiento, y rodeando un gran roble, podemos dar un paseo por nuestras raíces comerciales gracias a los pendellos de Agolada (construcciones típicas, especie de cobertizos utilizados en este caso como puestos de venta en el mercado). Los pendellos forman parte de la arquitectura autóctona gallega tanto como las pallozas, los hórreos, los molinos o incluso los pazos. Constituyen uno de los campos de feria mejor conservados de Galicia y fueron levantados en el siglo XVIII, siendo el mercado alrededor del cual giraba toda la economía de la zona. Construidos con piedra, teja y madera, vivieron un intenso proceso de restauración. Si la lluvia o la niebla nos acompañan, podremos hacer un recorrido casi mágico por su empedrado irregular, tocando las grandes y rugosas piedras de los mostradores medievales o escuchando el repicar del agua sobre las tejas. Solo tenemos que cerrar los ojos para que se produzca el salto en el tiempo que veníamos buscando. Si prestamos atención, todavía podemos escuchar el eco del mugido de los animales que llegan al mercado tirando de los carros, las voces del pasado exaltando las maravillas de sus productos y la muchedumbre que se apresura entre los mostradores atestados.

Para mantener viva la tradición, desde hace unos años en el mes de agosto se celebran tres días de fiesta en los que se realizan diversas actividades. La más singular es la reproducción de un mercado medieval. Los artesanos caracterizados acuden de toda Galicia a exponer sus obras al tiempo que se celebran talleres y una romería. Animaos a degustar los deliciosos torreznos con pan de maíz y acompañadlos con vino o queimada mientras suena la música en directo de gaiteros. Si os quedáis con hambre, cerca de Agolada está el ayuntamiento de Lalín, conocido internacionalmente por su cocido y por su manera de preparar el lacón, debéis hacer una pausa para degustarlo en cualquiera de los muchos restaurantes de la villa en los que lo preparan.

Pero el ayuntamiento de Agolada oculta todavía más tesoros, como la pequeña iglesia románica de Santa María de Ventosa. Este pequeño templo, del siglo XIII, esconde en su interior un hermoso secreto que nadie revelaría observando su rústica apariencia, pues acoge el sepulcro del abad Lope de Ventosa, que los expertos catalogan como una reconstrucción en pequeño del Pórtico de la Gloria. Pero lo más espectacular es la maravillosa colección de esculturas y frescos medievales que parecen salir de las paredes.

Internándonos ahora en el ayuntamiento de Dozón, la iglesia de San Pedro de Vilanova de Dozón nos aguarda rodeada de una naturaleza salvaje. Esta es una joya del románico gallego, edificada en el año 1154, que formaba parte de un antiguo cenobio de monjas benedictinas. Situada en pleno Camino de Santiago, es muy frecuente encontrarse con peregrinos de todas las nacionalidades. La iglesia de San Pedro está construida con base en grandes piedras de cantería granítica perfectamente escuadradas. Observad con atención los motivos geométricos y vegetales inspirados, muy probablemente, por el vecino convento de Santa María de Oseira.

La siguiente parada de nuestro itinerario se centra en el convento benedictino de Carboeiro, en pleno corazón de Silleda. Para llegar hasta él deberemos sumergirnos en un frondoso y bello paisaje y atravesar un puente medieval. A la altura de un escarpado promontorio de un meandro del río Deza descubriremos, escondido entre la naturaleza, esta joya arquitectónica del románico tardío (o románico de transición) más destacable de Galicia. El nombre de Carboeiro le viene dado por la vegetación forestal de la zona, que desde antiguo fue empleada para la elaboración de carbón vegetal.

La iglesia de Carboeiro presenta numerosas influencias de la Catedral de Santiago, por ejemplo, el uso de las nuevas bóvedas de crucería ensayadas en Compostela y la decoración de la portada principal que representa a los ancianos músicos del Apocalipsis, lo mismo que el Pórtico de la Gloria. No perdáis la ocasión de descubrir todos sus rincones con una visita guiada que recorre tanto la iglesia como los departamentos monacales restaurados a finales del siglo XX. Empapados de la vida monacal, podéis finalizar el recorrido con una pequeña caminata por el entorno del convento, donde encontraréis construcciones de tan bella factura como son su palomar o a Ponte do Demo (Puente del Demonio), que recibe este nombre por ser en otros tiempos punto estratégico de atracos y robos.

Como remate a esta jornada, nada mejor que visitar la cascada del Toxa. Guiaos por el murmullo del agua que consigue colarse entre los abundantes fresnos y abedules, y que os ha de conducir hasta una caída de agua de las más altas de Galicia. Allí, sentados en la playa fluvial y adormilados por los sonidos de la naturaleza podréis desconectar de todo lo que os rodea gracias a la paz que se respira en el corazón de la Galicia interior.

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